¡Nos veríamos rarísimo sin piel! Cubre nuestro cuerpo, pero ahí no se acaba la cosa. Nos preserva de las bacterias y mantiene la humedad de nuestro cuerpo. Sin piel nos secaríamos como una uva pasa.
La piel es, además, un espejo del estado de salud de nuestro cuerpo. Si está amarillenta, opaca y reseca, seguro que algo anda mal en nuestro organismo.
Referencias
- Mondadori, G. (coord.) (2003). Enciclopedia de carlitos: tu maravillo cuerpo. Madrid: MDS Books.
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