En las últimas capas de tu piel hay un tejido fibroso que actúa como si fuera de goma. Esto hace que la piel pueda estirarse y encogerse, volviendo a su posición normal.
Cuando nos hacemos mayores, algunas de estas fibras desaparecen y la piel pierde su elasticidad. Entonces, se forman las arrugas. Así que no te expongas mucho tiempo al Sol, porque este puede destruir fibras elásticas.
Referencias
- Mondadori, G. (coord.) (2003). Enciclopedia de Carlitos: tu maravillo cuerpo. Madrid: MDS Books.
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